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Ordenar debe tener una intención real de liberar la energía estancada, así cuando lo haces, armonizas tus espacios y te renuevas dándole paso a la transformación. Pídele al arcángel Miguel que te acompañe en este proceso de desprendimiento material y emocional.

Las excusas son innumerables: cosas que están en perfecto estado, pero de las cuales ya tenemos varias, elementos que en algún momento puedan servir, recursos que les van a ayudar a los más pequeños de la casa con sus tareas, artículos que más adelante pueden convertirse en regalos que te saquen de un apuro, en fin, todos hemos pronunciado alguna vez estas frases justificando nuestro apego a cosas materiales que no usamos y que lo único que evidencian es nuestro temor a soltar. Por eso, el depósito o el cuarto de San Alejo son tan importantes para algunos, pues son espacios que más allá de almacenar simples objetos, guardan miedos, recuerdos e ilusiones. Muchas veces conservamos cosas por cariño, por el significado que tienen para nosotros, o simplemente porque en algún momento se pueden necesitar; sin embargo, esa acumulación lo único que logra es estancar la energía. Así que, en vez de mantener objetos guardados, arrumados, carcomidos por el polvo, es mejor considerar la opción de darle a otra persona la oportunidad de utilizarlos.

Una tarea difícil:

Primero, debes prepararte emocionalmente para comenzar a limpiar, reconocer que mucho más que simples objetos lo que está allí acumulado son apegos, recuerdos y tristezas. Por ello, al momento de comenzar a organizar el lugar, bien sea una bodega, un clóset, un altillo o aquel espacio que tengas destinado para guardar, pídeles a los ángeles que te ayuden a diferenciar lo que te sirve y lo que no. Abre tu corazón y solicítales guía. Tómate un tiempo para inhalar y exhalar. Invoca al arcángel Miguel, dale la oportunidad de conectarse con tu deseo, para que llegue a tu casa y que sea él, junto con toda la legión de ángeles, quienes te ayuden a imprimir con su luz y su paz esa energía sanadora y maravillosa que se llevará todo aquello que no funciona, para darles espacio a fantásticas oportunidades y sentimientos positivos. Abre tu corazón y pide el acompañamiento angelical, dales el permiso para que te guíen en este proceso. Diles: “Son ustedes y no yo quienes desde su divinidad me acompañan para llevarse todo aquello que me estorba, lo que no me sirve, lo que me hace daño. Retiren de mi camino todos los obstáculos y permitan que en mi vida, en mi casa, todo fluya en paz”. Luego, deja que tu intuición te guíe. Lo primero que sientas, eso debes hacer, confía y actúa. Es muy probable que luego te enfrentes a un momento de auto saboteo, cuando no aceptas ese mensaje angelical. De allí la importancia de estar abiertos al cambio y realmente deseosos de liberar todas esas energías estancadas.

¡Esto sí!, ¡esto no!:

Ten en cuenta que cualquier elemento que vayas a colocar en el depósito debe estar en perfecto estado, olvídate de guardar objetos averiados, rotos o remendados. Cuando te dispongas a revisar las cosas, toma cada uno de los objetos en tus manos y llévalos hasta tu corazón, cierra los ojos y pídeles a los ángeles acompañamiento para saber cómo debes proceder. Pídele al ángel de la guarda que te permita entender qué significado real tiene para ti ese objeto. Dile en voz alta, mientras cierras los ojos: “Déjame saber si este elemento es para mi bien más elevado”. Lo primero que sientas sobre él, regalarlo, venderlo o botarlo, es lo que debes hacer.

El trasfondo de las cosas:

Pero también puede ocurrir que nos encontremos con objetos, frente a los cuales no logramos entender a plenitud la sensación que nos generan. Por ejemplo, un vestido que ya no te queda y que sigues guardando, tiene un significado poderoso. Aunque sabes que ya no regresarás a esa talla, lo más probable es que esta prenda te recuerde cómo eras hace 10 años, el estilo de vida que llevabas, momentos felices que disfrutabas, cómo te hacía sentir bella, esbelta, amada. Así que lo mejor es deshacerte de él y comenzar a trabajar en un propósito específico: volver a ser delgada, seguramente no como eras antes, pero sí sana, segura, feliz y bonita. El vestido guardado en tu depósito por una década te ancla al recuerdo de quién eras, te hace sentir inconforme con tu cuerpo y, a la larga, evita que seas feliz. Otra situación común tiene que ver con las cosas con las que te quedas luego de una separación. Piensa bien si las conservas porque te gustan o porque las necesitas, o simplemente por la satisfacción que te produce habérselas quitado a tu ex. Ten en cuenta que no es conveniente guardar fotos de parejas anteriores, porque es una forma de seguir atado a tu pasado, estancado en ese vínculo. Revisa con detenimiento tu situación actual y es muy probable que tu nueva relación no fluya de la mejor manera, pues tu energía aún no circula libremente. Dejar atrás elementos materiales que te vinculen con esa persona es la mejor manera de darle cabida a una nueva relación.

El ahogo y la culpa:

Algunas de las cosas que llegan a tus manos pueden ser producto de herencias, y aunque estas tengan una gran fuerza sentimental debes ser consciente de que estos objetos están cargados de recuerdos que por lo general no son tuyos, sino de sus dueños originales, y no es sano vivir enganchados a los recuerdos de otra persona. Ese desprendimiento exige valor y entereza, pero te brinda libertad y fortaleza energética que desencadena felicidad. Como muchos de estos elementos representan a familiares que ya no están, o momentos felices que experimentaste, es difícil simplemente tirarlos. Por eso, cuando comiences a organizar esta área, invoca a tu ángel de la guarda y al arcángel Miguel, pídeles acompañamiento, fortaleza y sabiduría. Di: “ángel de la guarda, arcángel Miguel, díganme por favor de qué tengo que deshacerme, qué debo botar, qué debo regalar, qué debo guardar, permítanme tener claridad sobre aquellas cosas que deben salir de mi vida y mi espacio y con cuáles debo permanecer”.

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Ana Lucia

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